Los benditos frutos de la Tramuntana

Santa Catarina afirmó que no se casaría con nadie que no la superase en belleza, sabiduría y riqueza. Contemplando las ordenadas hileras de cepas que se alinean en el tranquilo valle y se extienden hasta los bosques que las rodean, cualquiera diría que la santa daría su aprobación a las viñas que llevan su nombre, “Bodegas Santa Catarina.”

En un lugar tan silencioso en el que se oiría caer un euro es difícil imaginar que uno se encuentra en Mallorca, y mucho menos que a sólo diez minutos en coche por una carretera rural está el centro de Andratx. Desde 1985 este viñedo de propiedad privada, gestionado por las prestigiosas bodegas Macià Batle ha producido buenos vinos. El tinto de aquí, el predio de Son Bosc en la montaña y también una selección de tintos, blancos y rosados que ostentan la etiqueta “Vi de la Terra” –Vino de la Tierra, de sus otras dos propiedades, ubicadas en terrenos óptimos en las zonas vinícolas de Sencelles y Sineu.

La sabiduría rige ciertamente en las Bodegas Santa Catarina, que fue pionera en la utilización de la uva nativa de Mallorca, manto negro, complementada por Cabernet Sauvignon, Merlot y Pinot Noir. La combinación única de aire salino del mar, sol y la temperatura del abrigado valle, significa que las uvas maduran algo más tarde que en otras localidades de la isla, lo que supone un vino tinto original, reconocido por su calidad superior y carácter muy personal.

En 1987 se construyó una bodega en la ladera de la montaña en Son Bosc. “Está construída enteramente con piedra arenisca de Mallorca, el marès traído desde Santanyí” nos explica el propietario de la compañía, Ramón Servalls. Además de integrarse perfectamente en un paisaje completamente libre de estructuras hechas por el hombre hasta donde abarca la vista, explica que el marès aporta naturalmente un control perfecto de la temperatura y la humedad durante todo el año, absorbiendo hasta veinte toneladas de agua en los meses de invierno y permitiendo que el vino madure perfectamente dentro de más de mil botas de roble europeo y americano. En esta bodega los visitantes pueden catar y comprar vinos, complementados por una gama de productos locales, como los tomates secados al sol y el vinagre.

In 1987, a cave like cellar was constructed into the mountainside at Son Bosch. “It is made entirely from the Mallorcan sandstone ‘mares’ brought from Santanyi”, explains company owner Ramón Servalls. Apart from blending in perfectly with a landscape that is free of man made structures as far as the eye can see, he explains that the ‘mares’ naturally provides perfect temperature and humidity control all year round, absorbing up to twenty tons of water during the winter months, allowing wine to age perfectly inside over a thousand American and French oak barrels. From this cellar, visitors may sample and purchase wines which are complemented by a range of local products such as sun-dried tomatoes and vinegar.

El setenta y cinco por ciento del medio millón de litros que producen cada año se queda en la isla, ofrecido en los buenos restaurantes, colmados y supermercados. Alrededor del veinticinco por ciento es exportado a Europa, donde los vinos de Mallorca son reconocidos y apreciados cada vez más. Pero como ocurre con la mayor parte del vino de la isla, las existencias tienden a agotarse hacia el final de la temporada, así que para probar la cosecha de este año de este elixir celestial conviene visitar sus viñedos y bodega, abiertos al público todo el año.