Los verdaderos dragones de Sa Dragonera

En una isla cerca de la costa oeste de Mallorca, un gran número de dragones salvajes vagan libremente; al menos es lo que la leyenda nos hace creer. La isla de Sa Dragonera, a menos de un kilómetro de la costa, probablemente adquirió su nombre más debido a su forma que por las míticas creaturas que la recorren, o por el mero hecho que otro tipo de dragón, más parecido a un reptil, aunque un poco más pequeño, lo haya convertido en su hábitat: uno que los lugareños llaman “Sargantana”.

El lagarto de Lilford, como mejor se le conoce, es endémico de unas cuantas islas pequeñas alrededor de Mallorca y Menorca, dónde ha habido muy poca afluencia humana. De color verdoso y marrón y de aspecto delicado comparado con las salamanquesas que escalan las paredes en las islas más grandes, la presencia y audacia de la Sargantana de Sa Dragonera es bastante notable, algo que se puede comprobar con un corto viaje en barco a la isla.

Desde el momento del desembarque, los lagartos aparecen por todas partes, especialmente durante los meses más cálidos en los cuales son más activos. Es fácil acercarse a ellos; se muestran sorprendentemente sin temor, aunque ofrecerles el resto del picnic está desaprobado por el Ministerio de Medio Ambiente, que dedica largas horas a supervisar sus costumbres de alimentación.

Sa Dragonera no sólo alberga la Sargantana, pero también otras especias protegidas y en peligro de extinción. Por esta razón, después de 20 años de perseverancia por parte del grupo ecológico GOB, el gobierno mallorquín decidió declararlo Parque Nacional en enero de 1995.

Aunque no esté en peligro de extinción, la Sargantana sigue siendo a nivel europeo una especie protegida de “alta prioridad”, puesto que junto con el sapo balear, son los vertebrados terrestres más antiguos en Mallorca. Aunque no son tan vulnerables con respecto a los predadores, son muy sensibles a cambios en su ámbito natural, y cualquier especie nueva introducida en la isla tiene que ser supervisada muy cuidadosamente para no alterar su hábitat.

La isla de Dragonera mide casi cuatro kilómetros de largo ofreciendo magníficos paseos por su naturaleza con abundante flora típica mediterránea, y una oportunidad de visitar el antiguo faro en la parte más alta de la isla.

Existen varias excursiones en barco a la isla durante el verano, tanto desde el Puerto de Andratx como desde San Telmo – el pueblo pintoresco más cercano a Sa Dragonera – que le llevan a la pequeña cala con tiempo de sobra para recorrer la isla a su antojo.

Para más información en cuanto a la flora y fauna de la isla, y detalles de excursiones en barco, visite la página web:   

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