Cuando la vida en Mallorca gira alrededor de unos pequeños granos marrones

Es algo así como la estrella joven entre los empresarios mallorquines: Enrique Salar es un hombre para el que todo gira alrededor de unos pequeños granos marrones, el café.

Ya comerciaban con este producto estimulante el abuelo y el padre de este hombre de 31 años. Pero Salar quería hacer algo nuevo, quería producir un café sin igual en Mallorca. Y además ofrecer un servicio como no se había visto nunca en la isla.

Así que hace dos años fundó junto con su mujer y el hermano de ésta la "Mallorca Coffee Company", le dio su apellido y creó un logo atractivo con dos palmeras que se encuentra en cada paquete y en cada una de las tazas Salar en las que su café se sirve exclusivamente. Salar se siente comprometido con la idea del servicio. Instala personalmente las máquinas de café en hoteles y restaurantes, instruye al personal sobre el gran arte de hacer café ("no usar nunca más de siete gramos por taza, el contacto con el agua no debe durar más de 20 a 30 segundos, el café siempre recién molido"), y sus clientes lo pueden contactar a cualquier hora.

Sólo empaqueta "cafés de calidad selecta". "Hay que tostarlos menos, así que el café tiene un sabor redondo sin trazos amargos" dice. Compra café de la variedad Arábica en Honduras, Brasil, Guatemala y Colombia, y de la variedad Indian Sherry en la India. Además sólo permite a sus agentes que compren productos con el distintivo Fair-Trade, que garantiza que los cultivadores en los países de origen perciben un salario justo y que el café se produce ecológicamente.

En resumen: es un perfeccionista total. Y eso que Enrique Salar al principio se interesaba más por el vino que por el café. Como sommelier viajaba a distintos países, vivió unos meses en París, y pasó un años en Milán, donde descubrió su pasión por la bebida estimulante.

"En Italia no se toma café simplemente" dice, "allí el café se celebra". Ningún restaurante que se precie ofrecería jamás un café malo. Cuando Salar se dio cuenta de ello, nació su idea: crear el café mejor y más elegante de Mallorca, y ofrecerlo sólo en restaurantes, hoteles y tiendas selectos. El proyecto tomó forma. Hoy tiene tres productos en su surtido, entre ellos un café descafeinado cuyo sabor es tan bueno que no se nota que le falta la sustancia estimulante.

Actualmente, su cartera incluye 60 clientes. Y cada vez son más. En algunos bares y cafés ya ha podido desplazar una marca italiana de renombre.

Ahora sueña con una cadena de cafeterías tipo Starbucks, con una oferta de café de lo más variada. Tiene en mente unas plantaciones propias en las que cosechará algún día su propio café. Y en invierno publicará un CD, "porque un buen café tiene que ir acompañado de buena música. Tomar café es calidad de vida" opina. Algo para sibaritas, para gourmets, y los que quieren convertirse en tales.

El café Salar se encuentra por ejemplo en el Hotel Mardavall en Costa d'en Blanes, en el Hotel Maricel en Palma, en el Read's Hotel en Santa Maria del Camí, en el Purobeach de Cala Estancia, y en Foshfood, la tienda gourmet de Palma.