La especialidad de las monjitas

Frutas y azúcar, amor y paciencia: estos son los ingredientes de los dulces de las monjas de Manacor. En el único convento de Benedictinas en Mallorca el lema es: "Ora et labora".

La orden no percibe ningún tipo de asignaciones monetarias. "Tenemos que ver cómo ganarnos nuestro pan de cada día", nos dice la madre abadesa que regenta el convento. Y los negocios marchan bien.

Las creyentes damas del Señor confeccionan las más finas "délicatesses" para gourmets. En su Monestir de la Santa Familia, cocinan mermeladas, envasan tomates secos y confeccionan un delicioso paté de aceitunas.

Realmente todo son especialidades que les gustan mucho a las propias hermanas. "Naturalmente no llevamos ninguna vida lujosa, pero nos gustan las cosas buenas", nos dice la madre abadesa mientras, sonriente, roza la punta de la lengua con la yema de su índice. Las hijas del Señor producen incluso higos, granadas y naranjas, al igual que un saludable licor de hierbas que envasas en pequeñas garrafas.

20.000 metros cuadrados tiene el terreno que explotan las mujeres cuyas edades oscilan entre los 40 y 82 años. Ningún hombre pisa la finca, ellas mismas realizan hasta los más pesados trabajos. "Somos feministas", dice la abadesa, sin parecer que hable muy en serio.

Los frutos para sus productos son naturalmente de cosecha propia, de sus numerosos árboles frutales. Pero también los habitantes de Manacor les llevan su fruta a modo de contribución gratuita. En el convento hacen luego incluso experimentos: mermeladas de naranja y chocolate, kiwi y manzana, naranjas y Whisky. Para untar el pan preparan pastas de higo, membrillo, albaricoque, limón, tomate, cebolla, melón, zanahoria e incluso calabaza. Todas las recetas son antiquísimas y proceden en gran parte de la propia Orden en la que han sido transmitidas de generación en generación.

Mucha fruta y poco azúcar: por kilo de fruta madurada al sol se utilizan "solo" 750 gramos de azúcar. Y, sobre todo, ¡nada de conservantes ni aditivos! No hay otro secreto. "Muchas amas de casa ponen la misma cantidad de azúcar que de fruta", aclara Sor Elena, y luego se extrañas de que simplemente sabe a dulce y que no se nota el sabor de la fruta.

Cierto es que "las nueve de Manacor" no serían monjas de verdad, si no tuvieran también algún remedio curativo. Naturalmente ofrecen también una tintura contra pupitas en las articulaciones y contracturas musculares. Se trata de una esencia a base de romero – aunque esta es solo de uso externo.

Las "délicatesses" de las "Monges Benedictines" se venden en tiendas especializadas, en los mercados y en las fiestas populares de los pueblos.