El chef, Juan Portillo, no puede negar que nació y se crió en Ibiza. Distinguido y muy al día, ha sustituido los delantales blancos tradicionales de la cocina por otros negros, más actuales; exhibe una perilla cuidadosamente recortada. Lo único que le falta es un par de gafas de diseño.
Pero como chef de unos de los restaurantes más sofisticados de Palma, su verdadera aportación a la moda es su comida; los platos que crea están literalmente helados – o al menos, creados para dejar literalmente helado… de estupor al comensal del restaurante Senzone en el Hospes Maricel. Un auténtico “viaje por los sentidos”.
Justo a la orilla del barrio residencial de Ca’s Català de Palma, Hospes Maricel mezcla lo tradicional mallorquín con lo sofisticado contemporáneo. Sus altos techos, suelos de mármol pulido y decoración minimalista sólo sirven para aumentar la sensación de espacio, conduciendo la mirada hacia las amplias ventanas de las terrazas que se abren sobre el mar. Relajación es ciertamente el nombre del resultado; tranquilidad, paz y solaz son sus componente.
Pero llevar todo esto al restaurante sería algo difícil, pensaría cualquiera. Pero no Juan. De su padre, también chef, aprendió lo fundamental. Después, a lo largo de su carrera, de Ibiza a Menorca y, finalmente, a Palma, sus creaciones se han ido convirtiendo en el epítome de la cocina mediterránea. Trabajando con nutricionistas ha creado con inteligencia un menú excepcional que revitaliza el cuerpo y relaja los sentidos, dejando muy despiertos los ojos y las papilas gustativas… o alternativamente, conduciéndolos a la relajación, según el menú elegido.Las innovaciones que el Mediterráneo le ha inspirado a Juan para su variada selección de platos se nutren principalmente de los artículos frescos de las islas, combinando productos de primera calidad con una presentación excepcional. El menú gastronómico ofrece creaciones más arriesgadas. Las técnicas de cocción modernas potencian los sabores y aromas de la comida, y Juan, en sus propias palabras, “trabaja el producto” hasta obtener el sabor y textura deseados. Esté Usted preparado para recibir sorpresas: desde pargo rojo con salchicha de calamar, hasta tártaro de pato con ensalada de frutas y cereales y, de postre, sushi de plátano.
No es un lugar para comer con prisas. Cada momento deberá saborearse en este hedonístico mundo de calma. Los discretos tejidos y tapicerías del restaurante han sido elegidos cuidadosamente para que no distraigan la atención de las espectaculares vistas al mar, con tonalidades suaves que aumentan la luminosidad y aumentan la sensación de bienestar. Teniendo todo esto en cuenta, no crea que la experiencia de Senzone se limite al almuerzo o cena. Abriendo una nueva tendencia, Senzone ofrece un recorrido de siete platos para el desayuno que ha sido llamado “el mejor desayuno del mundo”. Desde mantequillas dulces y saladas, hasta panecillos y pastas deliciosas. Se recomienda prever unas dos horas para disfrutar de esta sensación gastronómica que despertará el paladar mientras usted pasea su mirada por el horizonte infinito.